Los indicadores económicos de Puerto Rico continúan mostrando una tendencia preocupante, reflejada en el constante aumento de las solicitudes de quiebra. Durante el mes de junio de 2024, se registró un incremento del 18.7% en comparación con el mismo periodo del año anterior, marcando así el sexto mes consecutivo de alzas. Esta escalada sostenida ha llevado a que el acumulado de quiebras en el primer semestre del año supere en un 35.2% al del mismo periodo de 2023, alcanzando un total de 2,777 casos.
La persistencia de esta crisis empresarial puede atribuirse a una combinación de factores, entre los que destacan:
- La lenta recuperación económica: A pesar de algunos signos de mejora, la economía puertorriqueña aún no ha logrado consolidar una recuperación sólida, lo que ha dejado a muchas empresas en una situación financiera vulnerable.
- El aumento en los costos de operación: La inflación, el encarecimiento de las materias primas y los servicios básicos han erosionado los márgenes de beneficio de numerosas compañías, dificultando su supervivencia.
- La deuda pública: La elevada deuda pública de Puerto Rico ha generado incertidumbre en los mercados financieros y ha limitado el acceso a crédito para muchas empresas.
- La competencia global: La creciente competencia de empresas internacionales ha intensificado la presión sobre las compañías locales, especialmente en sectores como el manufacturero y el comercio.
Esta situación no solo afecta a las empresas, sino que también tiene un impacto negativo en el empleo y en la economía en general. Las quiebras empresariales suelen ir acompañadas de despidos masivos, lo que agrava los problemas de desempleo y reduce el consumo. Además, la contracción del tejido empresarial debilita la base productiva de la isla y dificulta la generación de nuevos empleos.