Persiste la volatilidad de los mercados financieros
Tras alcanzar un mínimo anual de 4,835 puntos el pasado 7 de abril, el S&P 500 ha experimentado una sólida recuperación, cerrando en 5,968 el lunes 19 de mayo, lo que representa un aumento de 23.4%. Este repunte fue impulsado principalmente por el anuncio del presidente Donald Trump de reducir temporalmente los aranceles al 10% durante 90 días para la mayoría de los países. Sin embargo, persisten interrogantes sobre la estabilidad económica de Estados Unidos a mediano plazo.
Con fuerza el mercado laboral
El mercado laboral continúa mostrando resiliencia. En abril se generaron 177,000 empleos, superando las expectativas del mercado (133,000), aunque por debajo de los 228,000 creados en marzo. La tasa de desempleo se mantuvo en 4.2%, reflejando estabilidad en la participación laboral.
Se mantiene estable la inflación
La inflación también ha mostrado señales de alivio. En abril, el índice de precios al consumidor (CPI) se ubicó en 2.3% interanual, su nivel más bajo desde febrero de 2021. Esta desaceleración es un indicio de que las presiones inflacionarias que afectaron a la economía en 2022 y 2023 podrían estar retrocediendo. Sin embargo, algunos economistas advierten que los nuevos aranceles podrían reactivar el alza de precios, afectando especialmente a sectores dependientes de importaciones como el comercio minorista y la manufactura.
Política monetaria de la Reserva Federal
Frente a este entorno de crecimiento más lento pero con riesgos de reactivación inflacionaria, la Reserva Federal decidió mantener su tasa de interés de referencia entre 4.25% y 4.50% en su reunión de mayo. El presidente Jerome Powell advirtió que las políticas comerciales recientes podrían entorpecer el avance hacia los objetivos de inflación y pleno empleo, al generar mayor volatilidad en los precios y frenar la actividad económica. Aunque el consumo interno se mantiene relativamente sólido, la Fed considera que el entorno actual justifica una postura de “esperar y observar” antes de proceder con recortes de tasas. Si las presiones inflacionarias persisten, el banco central podría verse obligado a mantener las tasas en niveles elevados por un periodo más prolongado.
Mercado de bonos y advertencias de Moody’s
La agencia calificadora Moody’s rebajó la perspectiva de la deuda soberana de Estados Unidos, citando preocupaciones sobre el deterioro estructural de las finanzas públicas, el déficit fiscal persistente y el creciente costo del servicio de la deuda. Según Moody’s, el aumento sostenido del gasto sin un plan creíble de consolidación fiscal eleva el riesgo de una reevaluación más amplia del crédito estadounidense por parte de los mercados globales. Esta advertencia refleja el creciente escepticismo de los inversionistas sobre la capacidad del gobierno federal para estabilizar su posición fiscal en los próximos años.
Tras la rebaja, los rendimientos de los bonos del Tesoro aumentaron con fuerza. El rendimiento del bono a 10 años alcanzó el 4.62% el 21 de mayo, mientras que el de 30 años superó el 5.15% el 22 de mayo, su nivel más alto desde 2007. Estos movimientos reflejan un ajuste en las expectativas de riesgo soberano y tienen efectos amplios en los costos de financiamiento para empresas, consumidores y el propio gobierno.
Impacto en el mercado inmobiliario
El alza en los rendimientos de los bonos ha tenido consecuencias directas en el mercado inmobiliario, donde las tasas hipotecarias a 30 años volvieron a superar el 7%. Esta subida ha intensificado la crisis de asequibilidad que ya venía afectando al sector. Para muchos hogares, la posibilidad de adquirir una vivienda se ha vuelto financieramente inviable, en un contexto de precios históricamente altos y salarios que no han crecido al mismo ritmo.
Además, los costos de financiamiento más altos también están impactando la actividad constructora. Las viviendas nuevas enfrentan menores niveles de demanda, y los desarrolladores están posponiendo proyectos ante el encarecimiento del crédito y la incertidumbre económica. Esto agrava la escasez de inventario, lo que a su vez ejerce presión sobre los precios de venta y alquiler.
Estado del consumidor y las empresas
Los últimos datos de ventas al detalle reflejan señales de enfriamiento en el consumo. En abril, las ventas minoristas aumentaron apenas un 0.1%, en fuerte contraste con el 1.7% registrado en marzo, cuando los consumidores se anticiparon a la implementación de nuevos aranceles. Destaca, además, la caída en las ventas de vehículos y repuestos, que pasaron de un crecimiento de 5.5% en marzo a una contracción de 0.1% en abril.
La presión financiera sobre los hogares también va en aumento. Las tasas de morosidad grave (90+ días) están en su punto más alto en años: las tarjetas de crédito registran una morosidad del 12.31%, la cifra más elevada desde 2011; los préstamos estudiantiles se sitúan en 7.74% y los de auto en 4.99%. También se observan aumentos en las hipotecas (0.86%) y en las líneas de crédito con garantía hipotecaria (0.87%), según datos de la Reserva Federal de Nueva York.
Esta fragilidad financiera también se refleja en el ámbito empresarial. Entre enero y abril de 2025, se han registrado 246 quiebras de grandes compañías en Estados Unidos, el total más alto en 15 años fuera de un contexto de recesión. El deterioro en los márgenes, el encarecimiento del crédito y la moderación del consumo han obligado a empresas, especialmente en los sectores minorista, manufacturero y tecnológico, a recortar gastos y reducir personal ante un panorama económico incierto.