El costo de vida en Puerto Rico tras el considerable aumento en los precios luego de la pandemia sigue siendo un tema crítico. Al cierre del tercer trimestre de 2025, este es el panorama de retos persistentes para el presupuesto de los hogares.
Costo de vida: 2.2% por encima del promedio de Estados Unidos
El Área Metropolitana de San Juan-Bayamón-Caguas registra un Índice de Costo de Vida (ICV) de 102.2. Esta cifra indica que residir en la zona metropolitana conlleva un costo 2.2% superior al promedio nacional estadounidense.
El componente de Servicios Públicos (Utilities) es el más alto, con un índice de 160.4, lo que implica que los costos de electricidad y agua superan en un 60.4% al estándar continental.
El rubro de artículos de supermercado presenta un índice de 109.5, reflejando un sobreprecio del 9.5% en alimentos y bienes de primera necesidad en comparación con el promedio de Estados Unidos.
El IPC subió un 1.9% anual en Septiembre
La inflación general interanual se situó en un 1.9%. Entre marzo y julio el porcentaje se mantuvo entre 0.9% y 1.2%; en agosto aumentó a 1.7% y ahora, en septiembre, subió a 1.9%.
La categoría de Alimentos y Bebidas experimentó el mayor incremento anual con un 3.3%, seguida por los sectores de Alojamiento y Entretenimiento, ambos con un alza del 2.3%.
Otros segmentos mostraron un comportamiento más moderado, como Educación y Comunicación (1.6%), Cuidado Médico (1.6%), Transportación (0.8%) y Ropa (0.1%).
Erosión del poder adquisitivo y el valor del dólar
La consecuencia directa de esta dinámica de precios es la erosión tangible del valor del dinero. El poder adquisitivo del dólar del consumidor se mantuvo en $0.72 en septiembre de 2025 por tercer mes consecutivo. El año pasado estaba en $0.73, lo cual no representa un gran cambio, pero en septiembre de 2020 estaba en $0.84. En cinco años perdió un 14.3%. Esta depreciación real de la moneda significa que los hogares puertorriqueños enfrentan una pérdida de capacidad de compra, requiriendo mayores ingresos para adquirir los mismos bienes y servicios que en años anteriores.
Las familias puertorriqueñas enfrentan costos de servicios esenciales superiores al promedio de Estados Unidos, sumado a un encarecimiento que golpea con mayor fuerza la compra de alimentos. Aunque la velocidad de aumento de precios sea más lenta, los precios se mantendrán en niveles altos. Este costo acumulado durante los últimos cinco años ha erosionadola la capacidad de compra de los hogares, lo que podría obligar a los consumidores a recortar gastos y, eventualmente, provocar una desaceleración en la actividad económica local.








