La deuda total de los hogares en Estados Unidos ha experimentado un incremento significativo, alcanzando niveles históricos. Este ascenso no ocurre en el vacío: responde a una serie de condiciones económicas que se remontan a la pandemia de COVID-19 y cuyos efectos siguen definiendo el panorama financiero actual.
El Efecto del Estímulo y las Tasas Bajas
Durante la emergencia sanitaria, la Reserva Federal adoptó una política de tasas de interés extraordinariamente bajas con el fin de estimular el gasto y sostener la liquidez. A esto se sumaron los amplios estímulos fiscales y ayudas directas a los consumidores, que inyectaron capital adicional en la economía. Como resultado, se creó un entorno de crédito abundante y fácilmente accesible. Este escenario impulsó a muchos hogares a asumir nuevos préstamos, provocando un auge notable en sectores como las ventas de automóviles y otros bienes duraderos, que alcanzaron niveles sin precedentes.
El Impacto en el Consumidor Actual
No obstante, la expansión crediticia de esos años ha dejado una carga pesada que ahora se siente con mayor intensidad. A medida que la economía transicionó hacia una etapa de inflación persistente y tasas de interés más elevadas, los consumidores comenzaron a enfrentar dificultades crecientes para manejar sus obligaciones financieras. El alza generalizada en los precios ha reducido significativamente el poder adquisitivo, mientras que el costo del servicio de la deuda —ya sea en tarjetas de crédito, préstamos automotrices, hipotecas o préstamos estudiantiles— se ha vuelto más oneroso. Este cambio en las condiciones macroeconómicas ha transformado lo que antes parecía manejable en un reto financiero considerable.
La Magnitud del Crecimiento de la Deuda
Los datos más recientes evidencian la dimensión de este fenómeno. Al cierre del tercer trimestre de 2025, la deuda total de los hogares alcanzó los 18.59 trillones de dólares, lo que representa un incremento del 3.58% respecto a los 17.94 trillones del mismo período en 2024. Aún más revelador es el aumento acumulado desde el tercer trimestre de 2020, cuando el saldo era de 14.34 trillones: un alza de 29.49% en los últimos cinco años.
Desglose por Categoría:
- Tarjetas de Crédito: 1.23 trillones en Q3 2025, frente a 0.81 trillones en 2020.
- Préstamos Automotrices: 1.65 trillones, comparado con 1.36 trillones hace cinco años.
- Deuda Hipotecaria: El componente más grande llegó a 13.07 trillones, un salto significativo desde los 9.86 trillones de 2020.
- Préstamos Estudiantiles: Se ubicaron en 1.65 trillones, ligeramente por encima de los 1.55 trillones de 2020.
Este panorama de deuda creciente, combinado con una inflación elevada y costos financieros más altos, presiona las finanzas de los hogares y plantea interrogantes serios sobre la sostenibilidad del consumo futuro y la estabilidad económica general.








