Como indica el gráfico abajo, el gasto público en un año electoral suele aumentar en términos reales con relación al gasto promedio de los tres años anteriores (pre-electorales). Este efecto fue particularmente pronunciado en los años 2008 (el gasto fue 33.7% mayor que el promedio de los tres años pre-electorales), 2012 (29.5% mayor) y 2020 (34% mayor).
Para 2024, usando el presupuesto nacional como fuente, se estima que el gasto público aumentaría solo un 5.4% más que el promedio durante 2021-23, lo que representa una desaceleración del gasto en año electoral con respecto a otros periodos y el menor registrado desde 2000 con la excepción del año postcrisis bancaria del 2004. Si desglosamos el gasto por clasificación económica vemos que los gastos corrientes están previstos a aumentar un 8.5% en 2024 con relación al promedio pre-electoral, pero los gastos de capital caerían en un -13.7%. Este crecimiento negativo solo había ocurrido en el 2000 (-5.7%) y 2004 (-27.7%) y 2020 (-6.3%). Con relación al presupuesto vigente para 2023, ejecutado ya en un 68%, el gasto de capital presupuestado para 2024 se reduciría en un -22.9%.
Por la naturaleza de los gastos electorales el gasto corriente suele crecer. En términos reales, se espera que el gasto corriente en 2024 crezca 8.5% con relación al promedio pre-electoral, el nivel de crecimiento más bajo registrado con la excepción del 2004.
Todo esto apunta a dos cosas: la primera es un control del equilibrio fiscal, lo que favorece la solidez y buena reputación de la economía dominicana; la segunda es una contracción relativa a otros años que pudiera contribuir a reducir el crecimiento durante 2024, estimado oficialmente como un 4.5%. Sin embargo, el contexto internacional, y factores domésticos como el comercio con Haití, pudieran poner en riesgo el cumplimiento de este objetivo.