La semana pasada, en Puerto Rico sentimos la sacudida de la crisis de dos bancos en Estados Unidos, y uno en Europa. La intervención de los reguladores federales en el Silicon Valley Bank, ubicado (California), y el Signature Bank (Nueva York), levantó los traumas de la crisis bancaria del 2008, en Estados Unidos, y luego en el 2010 en la Isla. El gobierno federal ha sido firme en garantizar los depósitos de las instituciones bancarias en problemas en gran medida atribuidos a las agresivas alzas en intereses del FED.
La crisis financiera del 2008 provocó la quiebra de Lehman Brother, uno de los principales bancos de inversiones de la nación y se necesitó de un rescate billonario para evitar el colapso del sistema financiero norteamericano. En el 2010, el Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) realizó una de las mayores consolidaciones que se haya llevado a cabo en la historia de agencia, al intervenir tres bancos en la Isla y consolidarlos con bancos existentes.
El Western Bank, el RG Bank y el Eurobank fueron consolidados con Banco Popular, el Scotiabank y el Oriental Bank, respectivamente. Las instituciones fallidas se quedaron insolventes por políticas prestatarias agresivas en los sectores de la construcción y el sector comercial. Eventualmente, entre el 2014 y el 2015, el Doral Bank fue intervenido por el regulador, y sus activos fueron divididos entre el Banco Popular y el Firstbank.
Y recientemente, el Scotiabank y el Banco Santander fueron adquiridos por el Oriental Bank y por el Firstbank, respectivamente. Los últimos dos bancos globales que quedaban en la Isla decidieron abandonar el mercado local debido a la poca rentabilidad que le generaba la economía agonizante economía local.
Desde el 2010 al presente, la banca se ha consolidado dramáticamente y solo quedan cinco bancos comerciales operando en la Isla, los tres mencionados anteriormente, junto con Citibank y Banesco, que se enfocan principalmente en financiamientos comerciales.
La banca está rentable y bien capitalizada
A pesar de que los residuos del sistema bancario han sobrevivido la larga depresión económica y la quiebra del gobierno, hoy es mucho más pequeña, la misma está bien capitalizada y rentable. En tiempos recientes, los bancos se han beneficiado de la actividad económica que ha generado la inyección de fondos federales luego del paso del huracán María y recientemente los estímulos pandémicos del Covid-19 (2020 -2022).
Según datos de la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras, (OCIF), al cierre del 2022, los activos totales de los bancos ascendieron a $98,261 millones, mientras que el capital total era de $6,444 millones, mientras que la rentabilidad total de los bancos fue de $1,572 millones.
Banco Popular es la institución que lidera la reducida industria con $67,637 millones en activos, y un capital de $4,093 millones, seguido por Firstbank con $18,634 millones y un capital de $1,325 millones. Mientras que Oriental Bank, es el tercer jugador bancario con $9,989 millones y un capital de $1,025 millones. Banesco-USA, opera en la Isla como una sucursal de su matriz ubicada en Miami y tiene activos por $2,800 millones y opera cinco sucursales en el sur de la Florida. Desde el 2012, la sucursal que opera en la Isla se ha convertido en una opción para empresas y comercios locales.