Las reposesiones de vehículos se dispararon en 2024 y comienzan a generar preocupación sobre la salud financiera de los consumidores en la isla, al superar las cifras prepandemia. El significativo aumento tanto en las unidades reposeídas como en el valor total de los préstamos asociados sugiere un panorama económico cada vez más desafiante para muchos puertorriqueños.
Reposesiones superan los niveles de 2019
En 2024, el número de vehículos reposeídos en Puerto Rico se disparó a 15,813 unidades, un aumento significativo con respecto a las 12,900 reposesiones registradas en 2023. Esta escalada refleja una tendencia preocupante que ha llevado las cifras a superar incluso los niveles prepandémicos de 15,307 unidades en 2019. Tras ese año, las reposesiones experimentaron un descenso notable durante la pandemia, cayendo a 9,407 en 2020 y alcanzando un mínimo de 8,636 en 2021. Sin embargo, a partir de ese punto bajo, se inició un repunte sostenido con 9,703 unidades en 2022, preparando el terreno para el alarmante incremento y el nuevo pico observado en 2024.
La deuda automotriz reposeída también alcanza niveles críticos
Aún más impactante es el valor total de estos préstamos automotrices en dificultades. En 2024, la cantidad agregada de préstamos reposeídos alcanzó los $267,701,000. Esta cifra no solo supera cómodamente el total de $158,297,000 de 2019, sino que también se acerca al máximo histórico de $282,181,000 registrado en 2014, convirtiendo a 2024 en el segundo año más alto registrado en cuanto al valor de la deuda automotriz reposeída.
La trayectoria del monto total de los préstamos reposeídos refleja la de las unidades. Después de una disminución a $116,703,000 en 2020, el monto ha estado en un ascenso constante: $124,819,000 en 2021, $152,545,000 en 2022, y un salto significativo a $214,659,000 en 2023, antes de alcanzar el pico reciente.
Un consumidor bajo presión
Este aumento pronunciado en las reposesiones es un indicador crítico de la angustia del consumidor. La incapacidad de un número creciente de individuos para mantenerse al día con los pagos de sus vehículos sugiere que los presupuestos familiares están bajo una presión cada vez mayor. Como principal indicador económico, el sector automotriz a menudo proporciona una señal de advertencia temprana de desafíos económicos más amplios. Los datos implican fuertemente que el ingreso disponible está disminuyendo para muchos, dificultando el cumplimiento de obligaciones financieras esenciales como las cuotas del automóvil.
Si bien un solo punto de datos no pinta el panorama completo, el aumento constante y acelerado de las reposesiones de automóviles, tanto en volumen como en valor, proporciona una evidencia convincente de que el consumidor puertorriqueño podría estar debilitándose. Esta situación podría tener un efecto dominó en toda la economía de la isla, afectando potencialmente las ventas minoristas, los mercados de crédito y la estabilidad económica general.