La radicación de quiebras continúa al alza en Puerto Rico, reflejando las crecientes presiones económicas que enfrentan los negocios locales. En marzo de 2025 se reportaron 519 quiebras, el nivel más alto desde octubre de 2024, cuando se registraron 570.
Con este resultado, el número acumulado de quiebras durante el primer trimestre del año asciende a 1,463, un alza del 10.2% frente a las 1,327 registradas en el mismo periodo de 2024. La cifra también supera notablemente los primeros trimestres de 2023 (990), 2022 (963) y 2021 (1,058).
Entre 2021 y 2023 no se registraron meses con más de 500 quiebras; el pico mensual fue diciembre de 2023 con 438. En contraste, en 2024 hubo tres meses por encima de ese umbral: abril (524), mayo (500) y octubre (570). Marzo de 2025 marca así el primer mes del año con más de 500 quiebras.
De las 519 quiebras reportadas en marzo, 338 correspondieron al Capítulo 13, 173 al Capítulo 7 y ocho al Capítulo 11. En lo que va de 2025, ya se han registrado 964 quiebras bajo el Capítulo 13, 482 bajo el Capítulo 7 y 16 bajo el Capítulo 11. Para poner en perspectiva este repunte, en el primer trimestre de 2022 se reportaron 597 quiebras bajo Cap. 13, 356 bajo Cap. 7 y siete bajo Cap. 11.
El alza en los procesos de quiebra ocurre en un contexto marcado por altos costos operacionales y la incertidumbre asociada a los aranceles y posibles recortes en los fondos federales. La crisis energética representa el mayor reto que enfrenta el sector comercial lo que afecta en gran medida los costos operacionales de los comercios. Aunque la inflación ha perdido fuerza en comparación con los últimos cuatro años, aún se evidencian presiones inflacionarias.
A esto se suma la reciente imposición de aranceles por parte de la administración del presidente Donald Trump, que amenaza con generar nuevas presiones de precios al encarecer productos esenciales y materias primas. Este será un golpe fuerte para empresas pequeñas que ya están teniendo problemas de rentabilidad.
Si esta tendencia persiste, el número de quiebras podría seguir en ascenso durante los próximos meses, particularmente entre pequeñas y medianas empresas con estructuras de costos menos flexibles y mayor exposición a los shocks económicos actuales.
Un incremento sostenido en las quiebras podría traducirse en pérdidas de empleo y menor actividad comercial, afectando tanto la estabilidad del mercado laboral como los niveles de consumo en sectores clave de la economía local.