En 2024, la economía de la República Dominicana experimentó un crecimiento notable, consolidándose como una de las más dinámicas de América Latina. El Producto Interno Bruto (PIB) real se expandió en un 5%, en línea con las proyecciones de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Este crecimiento se logró en un contexto global desafiante, marcado por tensiones geopolíticas y condiciones financieras restrictivas. A pesar de estos obstáculos, la economía dominicana demostró resiliencia, apoyada en fundamentos macroeconómicos sólidos.
El sector turístico fue un pilar fundamental en este desempeño, alcanzando un récord de 11 millones de visitantes en 2024. El país implementó una nueva estrategia de promoción turística, diversificando su oferta más allá del tradicional “sol y playa” y destacando destinos como Miches, Samaná, Santiago y la Costa del Ámbar.
Además, la inflación se mantuvo controlada, cerrando el año en 3.35%, la cifra más baja en los últimos seis años, y dentro del rango meta establecido por las autoridades monetarias.
En términos de ingresos, se proyecta que las divisas alcanzaron aproximadamente $43,000 millones de dólares en 2024, reflejando la fortaleza de sectores clave como el turismo, las exportaciones de zonas francas y las remesas.
Este desempeño económico positivo también tuvo un impacto favorable en el mercado laboral, impulsando el empleo formal y mejorando los salarios en diversos sectores productivos.
Habrá que ver como las políticas fiscales y macroeconómicas de Donald Trump afecta el entorno en el que se desenvuelve la economía dominicana en el 2025, particularmente los efectos de los aranceles a los principales socios comerciales de Estados Unidos, Canadá y México, así como a China, la segunda economía global de mayor tamaño.