Durante el foro auspiciado por MIDA presentamos un análisis en torno a las tendencias de la industria de alimentos y las proyecciones del sector para el 2024. De entrada, nuestro análisis parece indicar que, en el 2023, la industria a comenzado a dar síntomas de normalidad, luego de dos años extraordinarios (2021 y 2022).
Gran parte de la bonanza reciente se debe a las inyecciones de fondo federales. Entre el 2020 y mediados del 2021, el Departamento del Tesoro Federal, mediante tres rondas de ayudas directas inyectó a la economía nacional $4 trillones, para evitar un colapso económico provocado por el cierre temporal de las empresas. Puerto Rico recibió de forma acumulada $20,000 millones como parte de esos estímulos. La expansión de la masa monetaria a la misma vez que se contraía la oferta (la producción), creó las condiciones para la peor inflación en cuatro décadas.
Particularmente, una de las áreas de mayor impacto del alza en los precios fueron los alimentos. El consumo de comida fuera y dentro del hogar en la Isla asciende a $10,000 millones, por ende, por cada punto porcentual en los precios que paga el consumidor, le cuesta cien millones adicionales. En adición, Puerto Rico importa casi la totalidad de los alimentos que consume, los que nos hace aún mas vulnerables a los aumentos en los precios globales de alimentos.
Alimentos experimentan precios históricos
La escalada en los precios de los alimentos de los alimentos procesados y no procesados llegó a su pico en diciembre del 2022, con un alza de 14.8% del Índice de Precios del Consumidor (IPC) para la categoría de los alimentos para consumo del hogar. Durante gran parte del 2022, este índice que permite medir los precios de los rubros alimentarios para consumo en el hogar se mantuvo al alza, afectando a los consumidores.
El aumento artificial del poder adquisitivo de los consumidores y la expansión del Programa de Asistencia Nutricional (PAN), que llegó $3,200 millones en el 2022, su nivel más alto en la historia permitió mitigar gran parte del impacto que tuvo en los consumidores, estas alzas históricas en los precios de los alimentos. Sin embargo, en la medida en que se comenzaron a agotar las rondas de estímulos, los precios no bajaron a la misma velocidad y el consumidor ya ha comenzado a sentir los efectos directos de los precios de los alimentos.
Los precios de los alimentos continuarán altos durante el 2024
Nuestro análisis presentado en MIDA validó varios puntos importantes. En primer lugar, en términos nominales las ventas de la industria deben ascender a $5,527 millones al concluir el 2023, lo que significa un crecimiento nominal de 3.5% en términos nominales con respecto al 2022, cuando las ventas ascendieron a $5,335 millones. En el 2024, nuestras proyecciones indican que la industria debe experimentar una pequeña corrección de -6.7%, pero aún así las ventas se mantendrán por encima del valor del 2020, con ventas estimadas de $5,157 millones.
Es importante contextualizar, que, en el 2019, antes de la pandemia, en el 2019, las ventas anuales de la industria fueron $3,461 millones (precios nominales). Así las cosas, la expansión del PAN de $2,728 en el 2019 a $3,200 millones en el 2022, unido al dramático incremento en los precios, supuso un aumento significativo en las ventas de los supermercados. Igualmente, me parece destacar que el total de supermercados aumentó de 803 establecimientos en el 2019 a 894 unidades en el 2022.
Con respecto a la evolución de la inflación, nuestro análisis indica que durante el 2022 la inflación promedio de los alimentos para consumo en el hogar fue de 11.4%, mientras que en lo que va del 2023 la inflación promedio está en 9.2%. Es decir, los precios continúan con mucha presión y aún falta terreno para que los precios que enfrentan los consumidores en la góndola sean más accesibles.
Cuando vemos categorías como los cereales, y las frutas frescas y los vegetales, vemos que la inflación que experimentan es aún alta con valores de 12.9%, 11.4%, y 8%, respectivamente. En el caso de los cereales, la guerra en Ucrania está afectando grandemente este renglón, toda vez que ese país es uno de los mayores exportadores de ese producto y el conflicto bélico ha afectado ese rubro.
El ambiente de costos no ayuda a bajar los precios
Más allá de los retos globales y la normalización del mercado mundial de alimentos que da síntomas de estabilización, localmente diversos factores no abonan a que los precios de los alimentos bajen. Los comerciantes dentro de esta industria enfrentan altos costos de hacer negocios que afectarán sus precios.
Podemos hablar del potencial aumento en la energía a partir del 2024, como parte del ajuste de la deuda de la AEE. Las presiones de los salarios por el tema de la escasez de mano de obra impactan la industria que es intensa en mano de obra. El alto nivel en los intereses encarece el costo de capital. Y, por último, la resistencia a eliminar el impuesto a los inventarios tampoco ayuda. Así las cosas, el consumidor seguirá pagando por mucho tiempo altos precios por los alimentos.