Una encuesta reciente de la OIT/COPARDOM para Republica Dominicana reportó que un alto porcentaje de microempresas “operan en un espectro difuso entre formalidad e informalidad” debido a los altos costos y pocos beneficios percibidos en el registro y pago de impuestos.
Esto limita sus condiciones de operación resultando que un 70 % de los negocios formales alquila sus locales, mientras que solo un 29 % es propiedad del dueño. Por demás, se reportó que entre los 1,002 encuestados un 55% de las MIPYMES y un 60% de las empresas de servicios se autofinancian, prefiriendo no recurrir a préstamos bancarios.
Lo anterior revela un reto y una oportunidad.
Durante 2023 el sector que reportó la mayor tasa de crecimiento fue precisamente el de microempresas, con un 39% de aumento con relación al 2022. Esto representa un incremento de financiamiento bancario del orden de RD$ 203,464.29 millones, para un total de RD$728,483.9 millones durante 2023, casi el doble que lo prestado al sector MIPYME en 2021. Como comparación, las industrias manufactureras recibieron financiamientos ascendentes a RD$1,040,798.0 millones durante 2023.
Estudios realizados en México revelan que la inversión mediana en nuevas empresas apenas representaba un 50% del salario mínimo y que su tasa de rentabilidad alcanzaba hasta el 15% mensual, convirtiendo a estos emprendedores en sujetos muy rentables, si bien informales (McKenzie y Woodruff, 2003).
Por otro lado, la OECD (2019) reportó que la productividad de las microempresas en Latinoamérica era muy baja, representando apenas un 3.2% del PIB regional mientras en Europa representaban un 20%, a pesar de que el sector representa proporciones similares del empleo. Esto implica que las MIPYMES necesitan técnicas que permitan obtener mayor eficiencia.
No obstante los obstáculos que enfrentan, Forbes reporta que la región Latinoamericana es fuente explosiva de nuevas empresas generando 23 unicornios, o empresas valoradas en más de USD 1,000 millones en los últimos años, 12 de los cuales en 2021. Aunque muchos se domicilian en Brasil y muchos son del área de fintech, hay éxitos en otras áreas lo cual sugiere que el entorno pujante y estable de la economía dominicana esta bien posicionada para incubar este tipo de empresas.